Decodificando el cuneiforme de Sumeria: Descubriendo el edén o kharsag, el refugio divino

La traducción del cuneiforme como recurso histórico sigue siendo una tarea desafiante, distante de la precisión científica. Entre los numerosos especialistas, prevalece una marcada dependencia de las interpretaciones basadas en las últimas versiones acadias del cuneiforme, datadas alrededor del 1500 a.C. Sin embargo, estas interpretaciones distan considerablemente de los significados y contextos originales empleados cuando estas inscripciones fueron creadas hace aproximadamente 4.000 años.
El nacimiento de la escritura mesopotámica
La escritura cuneiforme, tallada con la punta de una caña en tablillas o cilindros de arcilla húmeda, adoptó una amplia variedad de formas y estilos para diferentes propósitos. Su evolución se extendió a lo largo de un extenso período bajo la tutela de escribas en regiones como el Cercano Oriente, Mesopotamia, la Media Luna Fértil y el Valle del Indo. Con las migraciones subsiguientes de estos pueblos, la escritura cuneiforme se propagó por todo el mundo, alcanzando incluso lugares como Gran Bretaña mucho antes del 2000 a.C.
En la representación visual que acompaña, la etapa 1 exhibe el pictograma tal como fue trazado alrededor del 3000 a.C., mientras que la etapa 2 muestra su rotación, datada aproximadamente en el 2800 a.C. La etapa 3 ilustra el glifo abstracto presente en inscripciones monumentales arcaicas, que se remontan alrededor del 4600 a.C., y la etapa 4 muestra el signo escrito en arcilla, contemporáneo de la etapa 3. La etapa 5 marca el final del tercer milenio, y la etapa 6 representa el ductus asirio antiguo de principios del segundo milenio, tal como fue adoptado por los hititas. La etapa 7 muestra el signo simplificado utilizado por los escribas asirios a principios del primer milenio, hasta la desaparición de la escritura.