Entre la fe y la ciencia: Explorando las diez plagas de Egipto
Podría existir una base científica para explicar las Diez Plagas de Egipto, tal vez como resultado de una serie de cataclismos naturales encadenados. Entre los personajes bíblicos del Antiguo Testamento, Moisés se distingue de manera especial. No sólo fue un líder y legislador, sino también un profeta de gran relevancia. A él se le entregaron los Diez Mandamientos y se atribuye la autoría de los primeros cinco libros de la Biblia. Moisés es una figura central en el judaísmo y tiene una presencia significativa en el cristianismo, además de ser profundamente reverenciado en el Islam, donde se le considera uno de los grandes hombres de la historia, a quien Allah entregó la Torá. También se cree que Moisés anticipó la llegada del profeta Mahoma. Su liderazgo culminó con la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto.
Gobernando como un dios: La política faraónica y su impacto en Egipto
El relato del Éxodo nos presenta a un nuevo monarca en Egipto, un faraón que desconocía la historia de José. Ante la creciente población de los "hijos de Israel", el faraón, inquieto, ordenó la construcción de ciudades depósito en Pitón y Ramsés, ubicadas en el este del delta del Nilo. Como medida para contener la expansión demográfica israelita, dictaminó la muerte de todos los varones recién nacidos. No obstante, las parteras hebreas, guiadas por su fe y no por el miedo al faraón, desobedecieron la orden real. Posteriormente, el faraón decretó que todos los niños varones israelitas fueran lanzados al río. Según la narrativa bíblica, el temor a que los israelitas, concentrados en el Delta, se aliaran con enemigos de Egipto motivó al faraón a someterlos a servidumbre. No obstante, los textos judíos atribuyen esta decisión a una profecía advertida por los adivinos del faraón. En esta región del Delta, conocida como la tierra de Gosén, es donde nace Moisés.

En este contexto surge una historia familiar: "Un hombre de la casa de Leví toma por esposa a una mujer levita, la cual concibe y da a luz un hijo" (Paráfrasis de la traducción de Youngs).
El camino de la libertad
La narrativa del joven Moisés siendo salvado en una canasta es ampliamente conocida, incluyendo su eventual adopción por la hija del faraón. Años más tarde, Moisés tuvo que huir de Egipto tras matar a un capataz egipcio. Tras casarse y establecerse, Moisés recibió un mandato divino para regresar a Egipto y liderar la liberación de los protoisraelitas. Según el relato bíblico, advirtió al faraón que desastres caerían sobre su reino si no liberaba a los israelitas. En respuesta, el faraón intensificó el trabajo forzado de los hebreos. Moisés, utilizando su cayado, transformó las aguas del río en sangre como primera señal. A medida que el faraón se resistía, nuevas plagas asolaban a Egipto: sangre, ranas, piojos, moscas, pestilencia, úlceras, granizo, langostas, oscuridad y, finalmente, la muerte de los primogénitos.
Las diez plagas y el subsiguiente éxodo han sido ampliamente representados en la cultura popular, y a menudo relegados al terreno de la mitología. La ausencia de registros egipcios sobre estos eventos catastróficos ha llevado a muchos a cuestionar su historicidad. No obstante, es posible que los egipcios, adeptos a manipular su narrativa histórica para reflejar solo los aspectos positivos, minimizaran estos eventos adversos. Para los antiguos egipcios, el ideal era mantener Ma’at, un estado de armonía y orden universal que se consideraba esencial para la estabilidad del reino. Según esta visión, lo que ocurría dentro de Egipto debía reflejar orden y equilibrio, mientras que fuera reinaba el caos. Por tanto, no es sorprendente que las plagas no fueran documentadas por ellos.
Las plagas, si bien devastadoras, probablemente tuvieron un impacto más localizado, centrado en el Delta del Nilo, específicamente en la residencia real de la dinastía del siglo XIX. La creciente población israelita en la región de Gosén llevó al faraón a imponer trabajos forzados severos, un periodo que la Biblia describe como de opresión, que persistió hasta el regreso de Moisés a Egipto para confrontar al monarca.
Causa y efecto: La transformación del Nilo en sangre
En el Corán y en el libro del Éxodo se describe cómo el Faraón desoyó a Moisés, desencadenando una serie de catastróficos eventos conocidos como las Plagas de Egipto:
"Desatamos sobre ellos inundaciones, langostas, piojos, ranas y sangre, claras advertencias; sin embargo, se enorgullecían y eran un pueblo transgresor" (Corán 7.130).
"Y ante la presencia del Faraón y de sus servidores, todas las aguas del río se transformaron en sangre" (Éxodo 7,20).
Jean Kerisel, un ingeniero francés experto en geotecnia, propone que un giro geológico en la región del delta del Nilo, específicamente en el área de Sais, causó el levantamiento del lado este y el hundimiento del oeste. Este fenómeno fue intensificado por disturbios sísmicos recurrentes en los mares Egeo y Mediterráneo.