La leyenda de El Dorado ha fascinado a exploradores, historiadores y soñadores durante siglos. Este relato, que evoca imágenes de una ciudad resplandeciente cubierta de oro, ha sido un símbolo de riqueza inimaginable y aventura. Sin embargo, su origen está profundamente arraigado en las tradiciones de los pueblos indígenas de Sudamérica, particularmente los muiscas, y en la codicia de los conquistadores europeos que transformaron una ceremonia ritual en un mito de proporciones épicas. Este artículo explora los orígenes de la leyenda, su evolución a lo largo del tiempo y su impacto cultural perdurable.
Orígenes de la leyenda: El cacique dorado
El mito de El Dorado tiene su raíz en las tierras altas de lo que hoy es Colombia, específicamente en el altiplano cundiboyacense, hogar de los muiscas, un pueblo indígena conocido por su avanzada orfebrería. Los muiscas no consideraban el oro como una moneda de cambio, sino como un material sagrado asociado con el sol y sus dioses. Según relatos históricos, particularmente el de Juan Rodríguez Freyle en su obra Conquista y descubrimiento del nuevo reino de Granada (1636), los muiscas realizaban una ceremonia de coronación en la laguna de Guatavita, un cuerpo de agua formado en un cráter volcánico al norte de Bogotá.
Durante este ritual, el nuevo cacique, o líder, se cubría completamente con polvo de oro aplicado sobre una capa de resina pegajosa. Acompañado por cuatro sacerdotes adornados con joyas y plumas, el cacique navegaba en una balsa hasta el centro de la laguna, donde arrojaba ofrendas de oro, esmeraldas y otros objetos preciosos al agua como tributo a los dioses. Los espectadores en las orillas también lanzaban sus propias ofrendas, creando un espectáculo que impresionó profundamente a los conquistadores españoles que lo presenciaron o escucharon de él. Este líder, conocido como "el dorado" o "el hombre dorado", dio su nombre a la leyenda.

Con el tiempo, el concepto de El Dorado evolucionó. Lo que comenzó como la descripción de un gobernante cubierto de oro se transformó en la idea de una ciudad entera hecha de este metal precioso, alimentada por la imaginación de los europeos, rumores sobre las riquezas del Imperio Inca y relatos indígenas malinterpretados sobre lugares míticos como Manoa en las Guayanas. La riqueza de los muiscas, evidenciada por sus intricadas piezas de orfebrería como la famosa Balsa Muisca (exhibida en el Museo del Oro en Bogotá), reforzó la creencia de que un reino dorado esperaba ser descubierto.
La fiebre del oro: Expediciones y fracasos
La llegada de los conquistadores españoles al continente americano en el siglo XVI marcó el inicio de una búsqueda frenética por El Dorado. Los relatos de los indígenas sobre ceremonias con oro, combinados con el descubrimiento de piezas de orfebrería, encendieron la codicia de exploradores como Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar y Francisco de Orellana. A pesar de los repetidos fracasos, cada expedición alimentaba nuevas esperanzas, llevando a más aventureros a internarse en territorios desconocidos, con consecuencias devastadoras para las comunidades indígenas, que enfrentaron esclavitud, enfermedades y la destrucción de sus entornos.
Uno de los primeros en buscar El Dorado fue Gonzalo Jiménez de Quesada, quien en 1537 llegó al altiplano cundinamarqués y fundó Bogotá. Aunque encontró oro entre los muiscas, no halló la mítica ciudad dorada. Sebastián de Belalcázar, conquistador del sur de Colombia, también emprendió expediciones en busca de El Dorado, pero sus esfuerzos fueron igualmente infructuosos. En 1541, Francisco de Orellana y Gonzalo Pizarro partieron desde Quito hacia el Amazonas, en una expedición que resultó en el descubrimiento del río Amazonas, pero no en el hallazgo de El Dorado.
Los ingleses también se sumaron a la búsqueda. En 1595, el explorador inglés Sir Walter Raleigh navegó por el río Orinoco en lo que hoy es Venezuela, convencidoborado se encontraba en las Guayanas. Aunque encontró algunos objetos de oro, no logró localizar la ciudad legendaria. Su libro, El descubrimiento de la Guiana, promovió la idea de un reino dorado, pero sus expediciones posteriores terminaron en tragedia, incluyendo su ejecución por orden del rey Jaime I.
A pesar de los fracasos, la búsqueda de El Dorado continuó durante siglos. En el siglo XIX, el científico Alexander von Humboldt desmintió la existencia de un lago mítico (como el supuesto Lago Parime) asociado con El Dorado, pero la leyenda persistió. Incluso en el siglo XX, aventureros y arqueólogos intentaron drenar la laguna de Guatavita en busca de tesoros, encontrando solo pequeñas piezas de oro que no cumplían con las expectativas de una ciudad dorada.
El verdadero tesoro: Cultura y simbolismo
Estudios arqueológicos recientes han confirmado que El Dorado no era un lugar, sino una persona: el cacique dorado de los muiscas. La transformación del mito en una ciudad de oro refleja la profunda diferencia entre las visiones de europeos e indígenas. Para los españoles, el oro era un símbolo de poder y estatus; para los muiscas, era una ofrenda sagrada para mantener el equilibrio cósmico. Objetos como los tunjos (figurillas de oro usadas como ofrendas) encontrados en la laguna de Guatavita y exhibidos en museos como el Museo del Oro y el Museo Británico, son testimonio de la sofisticación de la orfebrería muisca y de su cosmovisión.
La leyenda de El Dorado también revela una profunda diferencia entre las visiones de europeos e indígenas. Para los españoles, el oro era un símbolo de poder y estatus; para los muiscas, era una ofrenda sagrada. Esta diferencia de perspectivas alimentó la narrativa de una ciudad dorada que nunca existió, pero que motivó la exploración y colonización de vastas regiones de Sudamérica.

El legado de El Dorado
Hoy en día, El Dorado trasciende su origen histórico para convertirse en un símbolo universal de la búsqueda de lo inalcanzable. Su influencia se refleja en la cultura popular, desde la novela Cándido de Voltaire, que presenta a El Dorado como un paraíso utópico, hasta películas como The Road to El Dorado de DreamWorks Animation y videojuegos como Uncharted: Drake's Fortune. La leyenda también impulsa el turismo en Colombia, con miles de visitantes explorando la laguna de Guatavita, y aparece en series modernas como La Casa de Papel, donde El Dorado simboliza la búsqueda de riqueza. La música también ha abrazado el mito, con canciones como "El Dorado" de Iron Maiden.
En Colombia, la leyenda sigue siendo una fuente de orgullo cultural, destacando la riqueza de las tradiciones muiscas y la belleza de lugares como la laguna de Guatavita, que atrae a turistas y estudiosos. Sin embargo, también es un recordatorio de las consecuencias de la conquista, que diezmó a los pueblos indígenas y sus culturas. Como señala el historiador Massimo Livi Bacci, la persecución de El Dorado no solo resultó en la pérdida de vidas, sino también en la esclavitud de muchos indígenas, cuya humanidad fue ignorada en la búsqueda de oro.
El Dorado, más que una ciudad de oro, es una metáfora de la ambición humana y la fascinación por lo desconocido. Aunque los conquistadores nunca encontraron el reino dorado que imaginaban, su búsqueda amplió el conocimiento del mundo y dejó un legado que sigue inspirando. El verdadero tesoro de El Dorado reside en la herencia cultural de los muiscas y en la capacidad de esta leyenda para capturar la imaginación de generaciones. Como describe el poeta Edgar Allan Poe en su poema Eldorado, es un ideal esquivo, un sueño que permanece siempre en el horizonte.
Imagen de portada: La laguna de Guatavita, en Colombia, epicentro de la leyenda de El Dorado. Aquí, los muiscas realizaban la ceremonia del cacique dorado, cubriendo a su líder con polvo de oro como ofrenda a los dioses. (travelgrafia.co)
Nunca entenderé las narrativas históricas que, aún a día de hoy, glorifican el imperio y sus consecuencias. Como persona española, la época imperial siempre ha sido una enorme fuente de vergüenza. ¡Cuánta injusticia, codicia y destrucción! Y qué perdida tan grande a nivel cultural. Pero me alegra que, al menos, existan investigadores que se esfuerzan en rescatar y respetar ese pasado. Muchas gracias por compartir tu conocimiento ❤️🔥❤️🔥
Amo este tipo de posts, informativos y para mentes curiosas que amamos la historia y los mitos!