Descubren una tumba etrusca en Italia con pinturas murales de 2.500 años
Un equipo de arqueólogos ha descubierto en la necrópolis de Monterozzi, ubicada en Tarquinia, Italia, una tumba etrusca de aproximadamente 2.500 años de antigüedad, decorada con frescos excepcionales. Este hallazgo ofrece una ventana invaluable a las costumbres funerarias y la vida social de la antigua civilización etrusca, conocida por su influencia en el desarrollo cultural de Roma.
El descubrimiento se produjo a finales de 2022, cuando investigadores de la Superintendencia de Arqueología de Viterbo realizaban inspecciones en áreas afectadas por excavaciones ilegales. Durante la exploración, los arqueólogos se toparon con una cámara funeraria que, a pesar de haber sido saqueada y parcialmente dañada por el colapso de una tumba superior, conservaba frescos de notable calidad.
Las pinturas murales representan escenas de la vida cotidiana y rituales funerarios. Entre ellas destacan imágenes de hombres y mujeres danzando al ritmo de un flautista, una pareja acompañada por dos jóvenes y un taller metalúrgico en plena actividad. Según Daniele Federico Maras, del Museo Arqueológico Nacional de Florencia, la mujer retratada en uno de los frescos podría ser la difunta, lo que sugiere que su familia se dedicaba a la metalurgia, un oficio de gran relevancia en la sociedad etrusca. La escena musical podría simbolizar la ceremonia funeraria, reflejando la importancia de la música en los ritos de paso hacia el más allá.
La necrópolis de Monterozzi es uno de los sitios arqueológicos más importantes de la cultura etrusca. Alberga alrededor de 6.500 tumbas excavadas en la roca, de las cuales aproximadamente 200 presentan decoraciones pictóricas. Sin embargo, solo unas pocas decenas contienen escenas figurativas detalladas, como banquetes, danzas, competencias deportivas, mitos y representaciones del inframundo. Estas imágenes permiten comprender aspectos esenciales de las creencias sobre la vida después de la muerte y la organización social de este pueblo pre-romano.
El hallazgo reviste especial importancia porque las tumbas con frescos bien conservados son escasas, y cada nuevo descubrimiento enriquece el conocimiento sobre las prácticas funerarias etruscas. Las pinturas no solo ofrecen testimonio visual de las costumbres y el estatus social de los difuntos, sino que también revelan detalles sobre los oficios especializados, como la metalurgia, que desempeñaban un papel fundamental en la economía y el desarrollo tecnológico de esta cultura.
Los investigadores planean ahora someter las pinturas a estudios mediante técnicas de imagen multiespectral. Este método permitirá identificar trazos y pigmentos que son invisibles al ojo humano, revelando así detalles que podrían haber quedado ocultos por el paso del tiempo. Estas técnicas no invasivas se han convertido en herramientas esenciales para la conservación y análisis de arte mural antiguo.
El descubrimiento subraya la importancia de proteger el patrimonio arqueológico frente a saqueos y daños naturales. Las necrópolis etruscas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, constituyen una fuente irremplazable de información sobre una civilización que, aunque eclipsada por Roma, sentó las bases de muchos aspectos de la cultura italiana.
Este hallazgo en Tarquinia no solo enriquece la comprensión sobre el pueblo etrusco, sino que también destaca la necesidad de seguir explorando y preservando los vestigios de las civilizaciones antiguas que conforman la historia común de Europa.
Imagen de portada: Pintura en la pared posterior de la tumba, Tarquinia, Italia