Descubren el veneno de flechas más antiguo del mundo
En un hallazgo que redefine nuestra comprensión de las tecnologías prehistóricas, arqueólogos han identificado el veneno de flechas de componentes múltiples más antiguo conocido hasta la fecha, con una antigüedad de 7,000 años. Este descubrimiento tuvo lugar en la Cueva Kruger, en Sudáfrica, donde un fémur de antílope encontrado en 1983 reveló puntas de flecha modificadas incrustadas en su cavidad medular. Ahora, gracias a técnicas de análisis modernos, los científicos han descubierto que estas puntas estaban impregnadas con una mezcla tóxica sofisticada.
El fémur de antílope estuvo almacenado durante casi cuatro décadas en la Universidad de Witwatersrand. Sin embargo, nuevas investigaciones en 2022 llevaron a un equipo de la Universidad de Johannesburgo, liderado por el profesor asociado Justin Bradfield, a examinar de nuevo este hallazgo. Mediante el análisis químico avanzado de los materiales orgánicos adheridos a las puntas de flecha, los investigadores identificaron una "receta" de veneno que combina al menos dos ingredientes vegetales tóxicos.
Los compuestos principales encontrados incluyen glucósidos cardíacos, como digitoxina y estrofantidina, sustancias conocidas por alterar la función cardíaca. También se detectó ácido ricinoleico, relacionado con la lectina tóxica ricina. La complejidad de esta mezcla sugiere un profundo conocimiento de las propiedades tóxicas y farmacológicas de las plantas por parte de las comunidades prehistóricas.
Un aspecto especialmente notable del descubrimiento es que las plantas utilizadas para crear este veneno no son nativas de la región de la Cueva Kruger. Esto implica que los ingredientes pudieron haber sido transportados desde regiones lejanas, lo que apunta a la existencia de redes comerciales primitivas mucho más antiguas de lo que se pensaba.
Aunque ya se había documentado el transporte de conchas marinas como ornamentos y moneda en África hace más de 7,000 años, el movimiento de plantas no autóctonas en este mismo período era desconocido hasta ahora. Este hallazgo expande nuestra comprensión de las interacciones culturales y del comercio en la prehistoria, revelando un sistema avanzado de intercambio de conocimientos y recursos.
La creación de un veneno tan elaborado evidencia no solo la destreza manual en la fabricación de herramientas de caza, sino también una profunda comprensión del entorno natural. Identificar plantas adecuadas, recolectarlas en lugares remotos y combinarlas en proporciones precisas refleja un conocimiento farmacológico avanzado que desafió las limitaciones tecnológicas de la época.
Este descubrimiento también resalta cómo las sociedades antiguas utilizaban la química orgánica para crear soluciones específicas, ya fuera para cazar, defenderse o incluso curar. Las recetas complejas de venenos, adhesivos y medicamentos demuestran una capacidad cognitiva sofisticada y una innovación notable en el uso de recursos naturales.
El estudio de los restos de la Cueva Kruger se suma al creciente cuerpo de evidencia sobre el uso de venenos en la caza en diversas culturas alrededor del mundo. Este hallazgo no solo amplía nuestra comprensión de las prácticas de caza prehistóricas, sino que también destaca el ingenio humano en la adaptación y explotación de su entorno.
En conjunto, el descubrimiento del veneno de flechas más antiguo del mundo ofrece una nueva ventana a las vidas de las primeras sociedades humanas. Subraya su habilidad para interactuar con la naturaleza de manera compleja, sofisticada y altamente efectiva, sentando las bases para el desarrollo de conocimientos que aún hoy nos asombran.


