La resurrección de los ángeles caídos
Después de unos días, mi hijo Matusalén eligió una esposa para su hijo Lamec. Ella quedó embarazada y dio a luz a un niño. Este niño tenía la piel blanca como la nieve y roja como una rosa; su cabello era blanco como la lana y su melena era hermosa y rizada. Cuando abrió los ojos, toda la casa se iluminó como si el sol estuviera dentro.
El padre del niño, Lamec, sintió un profundo temor y huyó, buscando a su propio padre, Matusalén. Le dijo: "He engendrado un hijo extraordinario. No es como un ser humano común; se parece más a los hijos de los ángeles del cielo. Su apariencia es diferente y no se asemeja a la nuestra. No parece ser mi hijo, sino más bien uno de los ángeles."
Mi hijo… el fenómeno
Este texto es el comienzo de uno de los fragmentos más impactantes de la literatura religiosa: las palabras del patriarca antediluviano Enoc, describiendo con angustia el nacimiento milagroso del hijo de su nieto Lamec. Este pasaje proviene del Libro de Noé, una antigua escritura hebrea relacionada con el Libro de Enoc, que se cree se compiló en la primera mitad del siglo II a.C.
En estas líneas, Lamec se ha casado recientemente y su esposa ha dado a luz a un niño que no se parece en nada a su familia inmediata. Su piel es blanca y rojiza, su cabello largo y rizado es blanco y "hermoso", y sus ojos iluminan la casa "como el sol". Debido a esta apariencia inusual, Lamec concluye que su esposa le ha sido infiel, ya que el niño se asemeja a "los hijos de los ángeles".
La conclusión de Lamec es extraordinaria y plantea un tema peculiar para un escriba religioso. Si este relato registra un acontecimiento real, implicaría que la apariencia inusual del niño es descendencia de los ángeles, resultado de la unión entre una mujer mortal y un 'mensajero' divino. Sin embargo, esto parece imposible según la tradición judeocristiana, que sostiene que los ángeles son incorpóreos y no pueden reproducirse. Si esto es correcto, la historia del nacimiento del hijo de Lamec contradice las enseñanzas rabínicas del judaísmo y los principios de la fe cristiana. No obstante, está impreso: palabras heréticas que implican que seres angelicales podían tener hijos con mujeres mortales.
El origen secreto
El relato del Génesis Apócrifo presenta un fascinante enigma para el lector curioso y aventurero, enriquecido por una detallada descripción del nacimiento del hijo de Lamec, descubierto en un fragmento religioso deteriorado hallado en 1947 en una cueva cercana al Mar Muerto. Este documento, conocido como el Génesis Apócrifo, fue escrito en arameo, adoptado por los escribas hebreos tras el exilio en Babilonia en el siglo VI a.C. Similar al Libro de Enoc, este rollo del Mar Muerto ofrece una versión alternativa y más detallada de los eventos presentados en el Libro del Génesis. Aunque gran parte del texto se ha perdido, se conservan relatos significativos como el nacimiento del hijo de Lamec, el relato del Arca de Noé y el Diluvio, así como los viajes del patriarca Abraham.
El texto fue traducido en 1954 por Nahman Avigad y Yigael Yadin y posteriormente publicado como *Un Génesis Apócrifo* dos años después por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Este documento fragmentario detalla el extraordinario nacimiento del hijo de Lamec de manera distinta a la narración del Libro de Enoc, ya que el narrador cambia de Enoc a Lamec, quien recuerda los eventos con sus propias palabras. La historia comienza con el nacimiento inusual y Lamec comienza a sospechar de la fidelidad de su esposa, Bathenosh, también conocida como su hermana. Lamec reflexiona sobre la posibilidad de que la concepción haya sido causada por los Vigilantes, los Santos y los Nefilim, lo que perturba profundamente su corazón.
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